Para alguien que empezó su carrera política en su época universitaria, sensibilizada por la lucha contra el apartheid, resulta asombroso que su salto a la popularidad planetaria se haya producido precisamente en el funeral de Nelson Mandela.

Helle Thorning ha conocido problemas más o menos complicados como primera ministra danesa, incluso desagradables, como tener que responder a las acusaciones de evasión de impuestos que se hacían a su marido, Stephen Kinnock, del que se llegó a decir que era homosexual y que estaban a punto de separarse.

Pero nunca antes se había encontrado frente a una avalancha como esta de notoriedad sobrevenida, señalada nada menos que como responsable de interferir en las relaciones del presidente norteamericano Barack Obama y su esposa Michelle. Su idea de utilizar el teléfono como si fuera una adolescente en viaje de estudios, para fotografiarse con el presidente norteamericano, puede convertirse muy a su pesar en un hito en su biografía.

Nada inconveniente

Los diarios daneses salieron a la calle sin dar importancia a un asunto que consideraban que no podría distraer a la glamurosa primera ministra de su complicada agenda: Sustituir al fiscal general del Estado y hacer frente a una polémica sobre los fondos dedicados a la vivienda.

Sin embargo, por la tarde se vio obligada a saltar a la palestra diciendo que no ve nada inconveniente en tomarse una foto con Obama. Algo que “solo demuestra que cuando nos encontramos con los jefes de Estado y de Gobierno, también somos simplemente personas que se divierten”.

Su versión de lo que pasó en Johanesburgo es que a pesar de la tristeza inicial “se trataba de un evento festivo, un homenaje a un hombre que ha vivido 95 años y ha logrado tanto en su vida. Todo el estadio fue pasando hacia un ánimo positivo y luego nos tomamos una ‘selfie’ divertida”.

Fuente: ABC