El Harley Circus, radicado en el pequeño pueblo de Dzidzantún (región de Yucatán, al este), fue acusado de “acciones graves contrarias al trato digno y respetuoso a ejemplares de vida silvestre”, informó la Profepa en su sitio electrónico.

La fiscalía constató que no contaba con un plan de manejo de animales y carecía de la documentación legal de un oso negro, un tigre de bengala, un león africano y tres monos araña, que presentaban “un evidente estado de maltrato”.

Al oso negro, llamado Invictus, se le había extirpado el maxilar inferior, imposibilitándole “ingerir alimento sólido”, mientras que el tigre presentaba una disfunción en sus extremidades y el león no contaba con garras ni colmillos, describió la Profepa.

Incluso, a los tres monos araña se les habían extirpado también las garras y los colmillos. La Profepa había confiscado estos ejemplares el pasado marzo y ahora decretó su decomiso definitivo.

En otra acción del organismo, fueron rescatados dos leones africanos abandonados en un vehículo sin matrícula en las inmediaciones de la selva oriental de la región de Yucatán, sin agua ni alimentos, y bajo la inclemente temperatura.

A ambos ejemplares, de unos dos años, se les habían extraído sus garras. Las primeras investigaciones apuntan a que los felinos pertenecían a un circo que pretendía instalarse en la zona, pero que, al no contar con autorización, decidió abandonar a los animales.

Recientemente, la Asamblea Legislativa de Ciudad de México aprobó una ley que prohíbe la exhibición de animales en los circos, que generó varias protestas de artistas. Esta norma ya se aplica en cinco de las 32 regiones de México.

Fuente: Infobae.com