Los socialistas del presidente François Hollande sufrieron una fuerte derrota en la segunda y decisiva vuelta de las elecciones locales.

El primer ministro, Jean Marc Ayrault, reconoció que muchos de los votantes perdieron confianza en el gobierno y prometió que este claro mensaje será escuchado.

Los socialistas mantuvieron el control de París, pero muchas otras ciudades cayeron en manos del centro-derecha.

Los extremistas del Frente Nacional también obtuvieron un importante resultado, pero no ganaron tantas ciudades como esperaban.

El voto era visto como la primera gran prueba a la que se sometía el presidente Hollande, cuya popularidad está en su nivel más bajo desde que llegó al poder.

Fuente: BBC