Su historia tiene todos los elementos de una novela de terror: una muerte extraña por intoxicación, una deuda que pagar (y que liquidaría el seguro del marido difunto), varios muertos en el arcón y una presunta culpable con un historial de lo más sórdido.

Esta semana la llamada ‘viuda negra de Isère’ se sienta en el banquillo para explicar la misteriosa muerte de su último marido, Daniel Cano, hace ya seis años.

Manuela González, de 53 años y origen español, ingresó en prisión en marzo de 2010 acusada de haber matado a su esposo, aunque se sospecha que envenenó también a cuatro de sus ex parejas, dos de los cuales fallecieron en el hospital.

El juicio por esta última muerte comienza este lunes 12 de abril en Grenoble y está previsto que el viernes se dicte el fallo. Si el juez estima que González es culpable, podría ser condenada a cadena perpetua.

El marido de la acusada corrió la misma suerte que sus parejas precedentes. Aunque la policía halló su cuerpo calcinado junto a su coche en 2008, la investigación concluyó que el incendio había sido voluntario y en los análisis que los forenses realizaron a la víctima se encontraron restos de tres somníferos distintos en la sangre.

Apodada en Francia como “la viuda negra”, todas las sospechas recaen sobre González, a la que su entorno describe como una mujer “misteriosa y con doble personalidad”.

“Yo la he conocido siempre amable y sonriente. Para mí era como una segunda madre. Ahora pienso que no la conocía para nada. La veo con una mirada maquiavélica, llena de odio”, ha explicado el hijo del marido fallecido a la radio RTL.

Fuente: Diario El Mundo