En el transcurso de la historia, el fin del mundo ha sido pronosticado en numerosas ocasiones y, en cada una de ellas, un grupo de fervientes creyentes ha quedado decepcionado ante la ausencia de muerte y destrucción.

Para aquellos que creían en sus predicciones, darse cuenta de que la vida seguía su curso tras el supuesto día del apocalipsis debió ser una experiencia traumática.

Según explica Lorne Dawson, experto en sociología de la religión de la Universidad de Waterloo, en California, los grupos que han pronosticado el fin del mundo suelen seguir adelante sin problema una vez se incumplen las profecías.

De los 75 grupos identificados por Dawson que predicaban el fin del mundo, solo seis continuaron existiendo después de fallar. Los Testigos de Jehová han esperado el apocalipsis en varias ocasiones y cuentan con siete millones de seguidores.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene unos 17 millones de miembros en todo el mundo. Este grupo surgió del movimiento milenarista, cuya fallida predicción del fin en 1844 se conoció como “La gran decepción”.

Uno de los mejores estudios sobre estos casos es “Cuando la profecía falla”, en el que el psicólogo Leon Festinger explica cómo él y sus estudiantes se infiltraron en un grupo que pensaba que el mundo se iba a acabar y que iban a ser rescatados en un platillo volador.

Cuando las naves espaciales no llegaron, el líder del grupo aseguró que sus seguidores que habían “irradiado tanta luz” que Dios había perdonado al planeta. Entonces, los apocalípticos se dedicaron a dar a conocer la buena noticia entre los no creyentes, en lo que para Festinger fue un claro caso de disonancia cognitiva.

“Si el grupo ha estado cohesionado y libre de disidencia, puede seguir adelante”, explica. Por su parte, Dawson también cree que es importante la presencia de un liderazgo fuerte que pueda dar una explicación.

“Si la racionalización llega pronto, el grupo puede soportar que los ridiculicen desde afuera”, asegura. Cuando pasa la fecha señalada, la mayoría de los grupos que creen en el fin del mundo suelen adaptarse a la realidad sin más.

Muchos líderes lo que hacen es dar una nueva fecha para el apocalipsis. Otros se disculpan ante sus seguidores por haberse equivocado de día.

Fuente: BBC Mundo