Para muchos, el fin del mundo tiene año, mes y día: sería el 21 de diciembre de 2012 cuando la Tierra deje de existir tal y como la conocemos y se ponga en juego la continuidad de la especie humana, o al menos ese es el rumor que circula por la red.

El calendario Tzolkin, uno de los veinte cómputos de tiempo que utilizaban los mayas, afirma que 2012 pone fin a lo que llaman “la cuenta larga”, un ciclo de tiempo que comenzó en 3113 A. de C.

Según Enrique de Vicente, periodista especializado en temas paracientíficos desde 1968, este dato es relevante porque la cultura Maya ha dejado un legado de conocimiento astral “tan preciso que asombra a los matemáticos y a los astrónomos”.

Aunque el fin de un ciclo no suponga la destrucción de la Tierra, 2012 se ha convertido en un “año apocalíptico”, en el que unos ven preocupaciones y otros negocios.

De Vicente, que además dirige la revista Año Cero, publicación sobre esoterismo y ciencias ocultas, afirma que “en la red hay desinformación” y los responsables son “la rumorología y películas como ‘2012’”.

Roland Emmerich, director de esta cinta y de otras como “Godzilla” o “El día de mañana” es, según De Vicente, “un productor de temas apocalípticos porque venden” y ha hecho “una manipulación interesada”.

De Vicente asegura que “en Occidente el número de personas que creen en el fin de mundo es mínimo, sin embargo esa tendencia catastrofista es muy superior en otros lugares como India o Japón”.

En la actualidad, señala el experto, “muchos mayas, la mayoría analfabetos, piensan que se va a acabar el mundo, no porque se lo hayan dicho sus sacerdotes, sino porque es el rumor que corre”.

Esta cosmovisión tiene un sentido para Enrique de Vicente, que reflexiona sobre acontecimientos recientes como los catastróficos terremotos de Indonesia, Japón y Chile, “tres de los siete mayores acaecidos en la historia”.

Aunque el periodista rechaza el sonado y corrido rumor sobre el fin del mundo, reconoce que “el mundo está pasando por un momento de transformación y habrá gente que tome conciencia y otros que no”.

Fuente: EFE