Hay decisiones que te marcan de por vida. Esto lo sabe bien Mark Cropp, quien en su cuenta de narró el calvario que vive debido al notorio tatuaje que se hizo en el rostro y que le impide encontrar un trabajo para mantener a su familia.

¿Cómo fue que tomó tan mala decisión? Cuando cumplía una condena de dos años por robo con agravantes, su hermano y un compañero de celda le tatuaron en el rostro la palabra “DEVAST8” (devastar, en inglés).

Si bien al principio solo se tenía planeado que el tatuaje abarcara su mentón, el licor de frutas fermentadas, azúcar y pan distorsionaron el plan inicial y terminó con la inscripción que le ocupa gran parte del rostro.

Al salir de prisión los empleadores simplemente le dieron la espalda. “Hubo personas que se encogieron de hombros y se rieron de mí”, ha narrado a The Independent.

Las autoridades de Nueva Zelanda le ofrecieron quitarle el tatuaje antes de salir de prisión, pero irresponsable joven no visualizó las nefastas consecuencias y ahora se arrepiente de sus malas decisiones.

Sin embargo, hay luz al final del túnel. Al difundir su caso, un no solo le ha ofrecido varios empleos, sino también le han llegado propuestas para retirarle el terrible tatuaje de su rostros.

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