Tras su captura, el Che Guevara fue recluido en un cuarto de la escuela de La Higuera, donde funcionaba la división militar que combatía a la guerrilla.

En esos momentos, su captor, Prado Salmón, visitaba con frecuencia al detenido. El exgeneral relató los momentos desde su silla de ruedas.

El testimonio forma parte de la Videoteca Virtual de historia de Bolivia, un portal que busca abordar los procesos históricos utilizando medios modernos.

En esas visitas, según relató el militar retirado, le preguntaba cómo se encontraba, qué necesitaba; le llevaba cigarros, café y alguna comida. Esta cercanía habría habilitado el nacimiento de un diálogo entre captor y capturado:

Gary Prado: ¿No supo usted que ya tuvimos una revolución aquí, que ya hicimos la reforma agraria?

Che: Sí, supe. Ya vine yo por aquí…estuve en el 53. Pero todavía hay mucho por hacer…

Gary Prado: Claro…pero déjenos hacer a nosotros…una cosa que no nos gusta es que nos vengan a decir de afuera lo que debemos hacer.

Che: Sí. Tal vez nos equivocamos…

Gary Prado: Entonces, ¿quién tomó la decisión de venir a Bolivia? ¿Usted?

Che: No. No fui yo…otros niveles…

Gary Prado: Pero ¿qué otros niveles? ¿Fidel?

Según difundió El Deber, la respuesta del guerrillero fue un silencio, enigmático pero elocuente. Para el excomandante militar y después embajador boliviano en varios países el Che fue a Bolivia “porque ya no había lugar para él en Cuba”.

Después de ese silencio retomaron la conversación:

Che: ¿Qué van a hacer conmigo?

Gary Prado: Va a ser juzgado…

Che: ¿En Camiri? (Donde fue detenido)

Gary Prado: “No. En Santa Cruz. Usted ha sido capturado por tropas de la Octava División y corresponde que el consejo de guerra, el juicio, la corte marcial, de allá, en la sede del comando”.

Che: Ah, sí.

Luego de esa conversación, el general salió hacia la zona de operaciones. Sólo cuando regresó dice haberse enterado de que el Che había sido ejecutado.