Charles Feeney era uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Sin embargo, decidió donar toda su fortuna de forma secreta y cuando le preguntaron por qué lo hizo, sorprendió con su respuesta.

“Porque no tienes que explicar a la gente por qué lo estás haciendo”, contestó Feeney, de 85 años, en una entrevista para .

El monto total que este irlandés-estadounidense donó a diversas personas alrededor del mundo asciende a US$8.000 millones, con fines que van desde la salud pública hasta planes de paz.

Sus donaciones ayudaron a enfermos de VIH/sida a tener acceso a tratamiento antirretroviral en Sudáfrica, a reformar el sistema de salud pública en Vietnam, o a buscar la paz en Irlanda del Norte, donde Feeney se reunió con paramilitares en los años 90 para pedirles que abandonasen las armas, etcétera.

Además, hubo US$1.000 millones usados en costos operativos de Atlantic Philanthropies, un grupo de entidades que el propio Feeney creó anónimamente en 1982 para canalizar sus donaciones, explica su presidente, Christopher Oechsli.

La última donación de Atlantic fue de US$7 millones y se realizó a fin del año pasado. El destino: ayudar a estudiantes de la Universidad Cornell que realizan tareas comunitarias.

Con eso, Feeney terminó de distribuir la riqueza que amasó como cofundador de una empresa pionera de duty-free, vendiendo desde perfumes hasta licores y cigarros en aeropuertos.

Ahora le queda poco dinero. Alquila un apartamento modesto en San Francisco. No tiene propiedades ni bienes lujosos, ni siquiera un auto, según Oechsli.

Todo lo que guardó, asegura, son “unos pocos millones” (menos de 10) para cubrir los costos de vida y atención médica que él y su esposa, Helga, tendrán hasta morir.

“Vivir y disfrutar la vida de la manera en que ahora vivo está bien”, dice Feeney. “Estoy feliz con eso, mi esposa está feliz”.

un hogar humilde

Feeney nació y creció en un hogar humilde de Nueva Jersey, con una madre enfermera hospitalaria y un padre asegurador. A los 10 años vendía tarjetas de Navidad, de adolescente se alistó en la Fuerza Aérea de Estados Unidos y sirvió en la guerra de Corea.

Posteriormente, fue el primer miembro de su familia en recibir educación superior, aprovechando un programa gubernamental para veteranos de guerra.

La idea de fundar la compañía gigante Duty Free Shoppers (DFS) junto con Robert Miller en 1960 se basó en una experiencia de negocios que Feeney tuvo tras recibirse, vendiendo bienes a tropas de EE.UU. en otros países.

Su fortuna comenzó a multiplicarse, hasta que concluyó que él y sus hijos tenían más de lo que precisaban.

Sin embargo, desde mucho antes de terminar de donar su dinero, Feeney era conocido por preferir comer en bares populares antes que en restaurantes caros de Nueva York, viajar en clase económica antes que en primera. Ahora, niega que extrañe algo de sus tiempos de gran fortuna: “No, porque nunca me he apegado a la riqueza material”, explica.

¿Qué le da placer luego de cumplir su gran objetivo de deshacerse de su fortuna?

“Vivir básicamente como lo hago, sabiendo que a través del trabajo de la fundación hicimos mucho bien a personas que nunca lo esperaban”, sostiene. “Eso fue una especie de recompensa”.

este video te puede interesar

Kim Jong-nam: así fue la secuencia de su asesinato por dos mujeres

TAGS RELACIONADOS