“Mis pulmones estaban empezando a fallar, sentía que me ahogaba y me costaba respirar, era una situación de agonía […] Entraron dos compañeros para aumentar el caudal de oxígeno. Los miré y les supliqué que me ayudaran a morir”, dijo , la primera mujer europea que se y una de las pocas sobrevivientes.

En un artículo publicado en el último número de la revista Enfermería Clínica, la española contó cómo fueron sus 30 días alejada del mundo y cómo vivía su cercanía a la muerte.

“Sentía que la muerte me acechaba, un ente apoyado en mi hombro me esperaba tranquilo. Algo que no se puede explicar con palabras. Todavía hoy en día no sé cómo pude salir de ahí”, recordó.

Según detalló, su primer recuerdo es del 7 de octubre de 2014, a las 2 de la mañana, cuando la trasladaron desde el Hospital de Alcorcón hasta el Carlos III, con pronóstico reservado. Había adquirido el ébola, un terrible virus que estaba matando a miles de africanos y no tenía cura.

El tiempo pasó y los medicamentos de prueba funcionaron con ella, pero otros no lo lograron. Eso la motiva a diario y hace que agradezca por cada segundo por esta nueva oportunidad.

“He sobrevivido para contarlo y sobre todo para poder compartirlo”, subraya la auxiliar, que sigue recuperándose de la infección y recuerda que nadie, excepto otros sobrevivientes del ébola, pueden saber qué significa ese mal.

este video relata la historia de Teresa Romero

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