La enfermera Teresa Romero, contagiada de ébola tras atender al misionero repatriado Manuel García Viejo, ha reconocido en una entrevista a ‘Las Mañanas de Cuatro’ que no le dijo a su doctora del centro de salud que había estado en contacto con el ébola cuando acudió con los primeros síntomas el pasado 30 de septiembre.

El martes por la tarde se empezó a encontrar mal, con algo de fiebre. Se dirigió entonces a su centro de salud, pero no le contó a su doctora que había atendido al religioso García Viejo. “No tiene culpa la mujer porque no le dije que había estado en contacto con el ébola. Tampoco pensé que fuera ébola hasta el último momento. Nunca lo piensas”, ha señalado.

El fin de semana pasado se encontró peor y llamó al servicio de emergencias. “Vinieron a buscarme en ambulancia. Ya estaba fatal”, ha reconocido. Ha confirmado que fue trasladada al Hospital de Alcorcón en una ambulancia normal. “Los paramédicos iban vestidos sin traje especial”, ha dicho.

Además, ha contado que sospechó que tenía ébola porque lo escuchó “detrás de una puerta” cuando ya estaba ingresada y porque una de las últimas veces el médico entró a su habitación vestido con un buzo blanco. “Yo le pregunté al médico por el resultado y no me lo quiso decir muy claro y yo ya sospeché. A mí no me lo dijo nadie. Me enteré por las noticias a través del móvil”, ha revelado Teresa.

También ha explicado que una vez fallecido García Viejo, como parte del protocolo, la llamaron a casa desde el hospital para explicarle que si tenía fiebre y otra serie de síntomas, avisase.

Fuente: Abc.es