Ella se encontraba el pasado viernes rodeada por una multitud masculina que no dudó en faltarle el respeto cuando se encontraba en plena transmisión en vivo. Sin embargo, pudo refugiarse en un restaurante de comida rápida de la plaza Tahrir.

“Me agarraron y tocaron por todas partes. Me di cuenta luego que alguien me había desabrochado la blusa, estaba abierta pero no desgarrada. Se evitó lo peor gracias al sólido cinturón que llevaba y a un amigo”, señaló.

La periodista aseguró que pondrá una denuncia contra los responsables, cuyos rostros quedaron registrados en el video.

En El Cairo, el acoso a las mujeres y los comentarios o gestos obscenos son un fenómeno corriente. Incluso testimonios procedentes de la plaza Tahrir que señalan verdaderas agresiones sexuales, incluyendo violaciones, se han multiplicado sin suscitar reacciones de las autoridades.