Según Reid Cherlin, exmiembro del equipo de Michelle Obama, en esa oficina “reinan los celos y el malestar”, y todos “se pelean por la división de las responsabilidades y el acceso a la señora Obama”.

En el artículo, Cherlin, que ahora se dedica al periodismo, lanzó duras críticas contra la primera dama, a quien describe como una persona obsesiva y rígida, que se guía por el mantra “si no es perfecto, no lo hagas”.

“Los exmiembros de su equipo hablan de un alto estrés, de pruebas continuas sobre el lugar de trabajo y de una señora Obama atenta de modo obsesivo al más pequeño detalle de su programa”, dijo Cherlin.

A diferencia del presidente, que se enorgullece de su habilidad para improvisar, a su esposa le gusta tener bajo control todas las situaciones, dijo el periodista, que trabajó en su oficina de 2008 a 2011.“Parece que Michelle planifica cada situación y cada discurso con una rigidez casi desconocida en el ambiente político de hoy, que es tan caótico”, escribió.

Muchas veces los empleados le quieren presentar una idea a la primera Obama de manera espontánea para captar su atención. “Pero ese método no funciona para ella. Uno tiene que pensar bien lo que le va a decir y estar listo para las preguntas”, contó otro exempleado.

Aquellos que no logran conseguir una reunión privada intentan acercarse a la primera dama en los pasillos. “Los empleados tratan de hacerle un chiste, de hacerse notar, de sonreírle”, dijo un exempleado. Otro fue más directo: “No quieren trabajar para ella, quieren ser su amigo”.

Pero pocos lograron acercarse al círculo íntimo de Michelle. “Ella prefiere estar cerca de asistentes que conoce desde hace mucho y con los que tiene una estrecha relación”, apuntó el periodista.

Fuente: Agencias