Josh Hardy, un niño de 7 años de Virginia, lucha con dificultad por mantenerse con vida después de que una farmacéutica le negara el acceso a un medicamento aún no aprobado que podría curarlo de un virus potencialmente mortal.

Tras sobrevivir a un cáncer de riñón y mantener a raya la enfermedad durante dos años, el niño se sometió a un escáner óseo que reveló que había desarrollado un trastorno de la médula ósea como resultado de sus tratamientos anteriores contra el cáncer.

Después de someterse a un trasplante de medula ósea en enero de 2014, Josh desarrolló adenovirus, una infección aguda que puede ser mortal en personas con un sistema inmunológico comprometido. Según explica Foxnews citando a Aimee Hardy, la madre del niño, para impedir que el organismo mate nuevas células el sistema inmunológico del niño debe ser reprimido, lo que “crea las condiciones ideales para que el adenovirus avance”.

Los médicos le recomendaron al niño un tratamiento con Brincidofovir, medicamento antiviral que se ha demostrado que neutraliza el virus en niños en el curso de dos semanas. Sin embargo, Brincidofovir aún no ha sido aprobado por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), por lo que Josh no ha podido acceder a la medicación.