Para trabajar en el teléfono de emergencia 911 no se necesita una formación específica, pero sí un talento especial para saber escuchar y mantener la cabeza fría, pues las situaciones pueden pasar de las más ridículas a las más alarmantes. BBC hizo una compilación de estas últimas y aquí te las contamos.

Hace algunas semanas conocimos la historia de una mujer que llamó al 911 fingiendo realizar un pedido de pizza a domicilio. Resulta que ella pedía ayuda pues su novio, borracho y drogado, la había golpeado y amenazaba con matarla. Su astucia le salvó la vida.

- Instrucciones a un hombre cuya esposa entró en trabajo de parto. Nada del otro mundo si no fuera porque ambos eran sordos.

La pareja fue víctima de un asalto en casa. Cuando vieron que la mujer iba a dar a luz, los ladrones se asustaron y huyeron, dejándolos atados a unas sillas.

El hombre tardó horas en liberarse para poder llamar. El operador que tomó esta llamada contó que la pareja hizo uso del relay, un servicio que permite a personas sordas hacer llamadas al 911.

“Mientras le guiaba en el parto, conseguí difundir una descripción de los ladrones a los otros servicios de emergencia y fueron detenidos”, relata.

El bebé nació totalmente sano.

- Suicida solidario

“Un día un hombre llamó y con voz tranquila le dijo a mi mamá que estaba en un hotel, que se había rociado con gasolina y se iba a matar. Pero llamaba para que evacuaran el lugar porque no quería que nadie más resultara herido.

Por más que la mujer trató de disuadirlo, el hombre se prendió fuego al escuchar las sirenas de la Policía.

- Crimen en un colegio.

El joven Michael Hill entró armado con un AK-47 en la escuela de primaria de Georgia en la que es recepcionista y amenazó con disparar indiscriminadamente a los alumnos y a los agentes de seguridad y suicidarse.

Mientras la policía evacuaba y rodeaba el edificio, Antoinette Tuff permaneció junto al chico e intentó tranquilizarlo al tiempo que mantuvo una conversación de más de 13 minutos con Kendra McGray, operadora del 911.

-El hombre que confesó su crimen.

El pasado 26 de octubre, pocas horas después de haber disparado mortalmente a su esposa embarazada, Checkingson Sinclair llamó al 911 y contó que mató a su esposa, Latwassa Argrett.

“Se ha cometido un crimen”, dijo Sinclair.

“¿Se ha cometido un crimen? ¿Por parte de quién?”, preguntó la operadora.

“Por mí, señora”, respondió Sinclair.

“Le disparé en la cabeza”, dijo.

“¿Por qué hizo esto?”, le preguntó la operadora.

“Empezamos a discutir y ella me atacó con un cuchillo”, contó y agregó que disparó en defensa propia.

Sin embargo, la policía declaró posteriormente que la mujer recibió el disparo en la parte trasera de la cabeza y que Sinclair reconoció que quería matarla.

Como verás ser un operador de emergencias no es nada fácil, por eso las autoridades piden que no se hagan falsas llamadas pues podría obstruirse la entrada de una que sí es importante.

Fuente: BBC