Durante décadas, tal vez siglos o milenios, el lado oscuro de la Luna ha intrigado al ojo humano.

Tras dos años de monitoreo lunar desde el Observatorio Mauna Loa, en Hawaii, los investigadores finalmente han concluido que el lado oscuro de la Luna es, en realidad, color turquesa.

Desde el espacio exterior, nuestro planeta es dominantemente azul, pero cuando reflejamos esta luz azul sobre la luna, entonces la onda que regresa a nosotros es turquesa.

“La luz solar que golpea la Tierra, es coloreada por la Tierra, reflejada hacia la luna, golpea la luna y luego regresa a nosotros”, explica Peter Thejll, del Instituto Meteorológico de Dinamarca, organismo que inauguró el estudio para determinar la misteriosa frecuencia cromática, en declaraciones recogidas por The Guardian.

Hasta ahora el mayor obstáculo para medir el color del lado oscuro de la luna era la dispersión que esta onda experimentaba al cruzar la atmósfera terrestre, lo cual producía un confuso halo alrededor de la luna y ello arruinaba las mediciones. Pero luego de analizar cientos de imágenes, utilizando un par de filtros de color, por descarte, los investigadores finalmente encontraron la frecuencia correcta.

Fuente: Pijamasurf.com