El concepto que llevó EDAG al Salón del Automóvil de Ginebra es realmente llamativo, extraño e incalificable.

Bajo la denominación Genesis, el vehículo denominado el “auto del futuro” destaca por no traer ruedas, puesto que fue planeado para levitar o, sencillamente, volar.

Realizado con una combinación de termoplásticos reforzados con fibra de carbono, sigue el proceso de estampación en 3D en el que los robots van uniendo las capas una sobre otra sin molde alguno. Con este método se consiguen formas muy extrañas y diferentes sin que los costes se eleven a tarifas imposibles.

Lástima que hasta ahora no es posible verlo en acción. Lo que sí es asombroso, es que el prototipo fue completamente construido por una impresora 3D. Es decir, el auto es un solo cuerpo, no hay más.