El virus no se transmite por vía aérea, como la gripe. El contacto directo tanto a través de heridas abiertas en la piel, como de orina, sudor, saliva, semen y en general, de cualquier fluido corporal, es el modo de contagio de este virus.

Dicho contagio se produce siempre de persona a persona, o de animal a persona. Pero también puede haber infecciones cuando las heridas abiertas de una persona sana entran en contacto con entornos contaminados.

No hay riesgo por estar al lado de una persona infectada o viajar en el mismo avión. Sin embargo, si la sangre o vómito de un infectado entra en contacto con los ojos, nariz o boca de una persona sana, sí se puede transmitir.

El virus sobrevive también en superficies de objetos, por lo que una persona podría contagiarse al tocar sin guantes cualquier objeto contaminado con fluidos.

Sí bien, incluso cuando el virus desaparece de la persona continúa existiendo riesgo de contagio. Mediante las relaciones sexuales, por ejemplo, los hombres pueden seguir transmitiendo el virus a su pareja a través del semen hasta siete semanas después su recuperación.

Otro foco peligroso de contagio son los animales. En África se han dado casos de infecciones asociadas a la manipulación de murciélagos (los supuestos responsables de la aparición de la enfermedad), chimpancés, gorilas o monos que habían sido hallados muertos en la selva.

No hay cura para el ébola

Hasta el momento, no se ha encontrado ninguna cura a esta enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que existen varias vacunas en fase de pruebas, pero ninguna de ellas ha sido autorizada para combatir el virus.

La única opción para salvar a los pacientes son los cuidados intensivos bajo la atención permanente de los médicos. Los contagiados por ébola se suelen deshidratar, por ello es esencial suministrarle sueros.

El virus puede incubarse entre 2 y 21 días, aunque los infectados no contagian durante el periodo de incubación.

El primer síntoma es la fiebre repentina, posteriormente una enorme debilidad corporal, intensos dolores musculares y de cabeza, continuados por vómitos y diarrea. Si tras esto, no se logra controlar el virus, aparecen erupciones cutáneas y hemorragias internas y externas.

El Gobierno de EE.UU. ha señalado que en septiembre probará en humanos la que podría ser la primera vacuna preventiva contra el virus del ébola, la cual ha funcionado parcialmente en experimentos realizados con monos.

Fuente: Cadena ser

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