La ahora expresidenta de afirmó que la votación en el Senado en que consumó un “golpe de Estado” en el país y anunció la más “enérgica, determinada y firme oposición a los golpistas”.

“Es el que enfrento en la vida. Primero fue el militar (1964), que me afectó cuando era una joven militante; el segundo fue el parlamentario, que me derriba del cargo para el que fui elegida”, afirmó en su primer pronunciamiento tras la destitución, ante decenas de simpatizantes.

“Hoy el Senado tomó una decisión que entra a la historia de las grandes injusticias: escogieron rasgar la Constitución; decidieron interrumpir el mandato de una presidente que no cometió ningún crimen; condenaron a una inocente y consumaron un golpe parlamentario”, denunció Dilma Rousseff en un enérgico discurso.

Arropada por decenas de correligionarios y seguidores en el Palacio de la Alvorada, en donde se atrincheró desde que fue separada provisionalmente del cargo, el 12 de mayo, Dilma Rousseff advirtió que el Partido de los Trabajadores (PT) volverá al poder para culminar el proyecto de lucha contra la desigualdad social que desarrolló con éxito en los últimos trece años.

“No desistan de la lucha. Escuchen bien: piensan que nos vencieron pero están engañados. Sé que todos vamos a luchar. Habrá la más determinada, firme y enérgica oposición que un golpista puede sufrir”, afirmó Dilma Rousseff.

Pocas horas antes, por 61 votos a favor y 20 en contra, el pleno del Senado destituyó definitivamente a Dilma Rousseff por considerarla responsable de “crímenes de responsabilidad” por supuestas maniobras para maquillar las cuentas públicas.

La decisión automáticamente confirmó como nuevo presidente de Brasil a Michel Temer, el vicepresidente que venía ejerciendo como interino desde el 12 de mayo y al que Dilma Rousseff se ha referido como líder de los golpistas.

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Fuente: EFE