El Observatorio Gravitacional de Interferometría Láser (LIGO, en inglés) anunció que ha detectado por tercera vez las ondas gravitacionales que predijo Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad.

Son ondulaciones del espacio – tiempo que se producen cuando ocurren grandes perturbaciones en el Universo.

En esta ocasión, la señal, detectada el pasado 4 de enero, procede de una colisión entre dos agujeros negros que tuvo lugar a 3.000 millones de años luz de la Tierra, y que generó un único cuerpo equivalente a 49 masas solares.

El hallazgo de GW170104, como ha sido bautizado el cuerpo, aporta nuevos indicios sobre el proceso de formación de los sistemas binarios de agujeros negros.

Esta tercera detección, cuyos detalles se publicarán en la revista ‘Physical Review Letters’, confirma la existencia de los agujeros negros de una masa superior a veinte veces la del Sol. Son cuerpos mayores que los que se habían encontrado hasta ahora, y completamente desconocidos antes de que LIGO comenzase a detectar ondas gravitacionales.

Cabe señalar que el instante anterior a la fusión de los agujeros negros, estas colisiones producen más energía que la luz por todas las estrellas y las galaxias del Universo en cualquier momento.

La teoría de Einstein

El estudio también pone a prueba la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein, que predijo que, mientras que la luz se dispersa al atravesar distintos medios (así es como un prisma crea un arco iris), las ondas gravitacionales no lo hacen en la propagación desde su fuente hasta la Tierra. Por tal motivo, la detección realizada por LIGO vuelve a dar la razón al físico alemán, informó el portal RT en Español.

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