Un príncipe heredero de un selecto país busca princesa, puesto que le ha llegado la hora de casarse. Su problema es que no le gusta ninguna: ni la de Texas, ni la de Groenlandia, ni la de la India. Le presentan a muchas y todas le decepcionan. Le llega el turno a la princesa Liebegunde, que tampoco es del agrado del príncipe heredero, pero sí su hermano, el príncipe Herrlich. Se celebra una boda por todo lo alto y a partir de ese momento el país queda regido por un rey y un rey.

Los niños berlineses a partir de los cinco años dispondrán de 25 relatos como el de arriba, dentro de una nueva asignatura que algunos periódicos alemanes han llamado ya “homosexualidad”.

En otro cuento se habla de dos padres o de dos madres suecas. Una mujer no puede fecundar a otra, le explican a Stefan, que es homosexual, pero con la fecundación artificial es posible introducir el semen de un hombre en el órgano sexual de la hembra sin que haya cópula, y así se concibe un hijo.

Y es que “hace muchos, muchos años, la mayoría de las familias que aparecían en los libros se componían de un papá, una mamá, un niño y una niña”. Ahora, al parecer, ya no es así y se anima a los chicos a representar como una pantomima la masturbación y el orgasmo.

Esos cuentos ilustrados van dentro de una maletita que es parte de una iniciativa llamada “Autodeterminación y aceptación de la variedad sexual”, aprobada por todos los partidos del parlamento regional de Berlín en abril de 2009.

La idea era luchar contra la discriminación de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales. Pero se pretendía también que los alumnos de primaria tuvieran contacto con otra imagen de la familia, “más variada”.

Fuente: ABC.es