Los militares rusos van a trazar cerca de 125 kilómetros de tuberías por Crimea para suministrar agua potable a los vecinos de la península después de que las autoridades de Ucrania cortaran el canal que la unía con el río Dniéper.

Los diputados y el Consejo de Ministros de Crimea expresaron, ya hace semanas, su disposición a pagar un precio más alto a Kiev por las aguas fluviales respecto al que se solían pagar cuando formaban parte del mismo país. Pero después del referéndum, en el que casi el 97% de los votantes apoyaron la reintegración del territorio autónomo en la Federación de Rusia, la parte ucraniana se ha negado a negociar.

Primero Ucrania no explicaba de ningún modo por qué el nivel del agua en el canal había bajado hasta cero. Pero el 13 de mayo la Agencia de Recursos Hidráulicos de Ucrania asumió la responsabilidad por la suspensión del suministro del vital líquido.

“El canal de Crimea del Norte funciona en un régimen de mantenimiento que se revisa conforme a las demandas de los suministradores de agua situados en la provincia de Jersón” (que sigue formando parte de Ucrania), rezó un comunicado difundido por el ente. A continuación hizo una referencia a la “falta de propuestas constructivas” que podrían formalizarse en contratos para satisfacer las demandas de agua para el consumo humano y la irrigación en Crimea.

“Estamos dispuestos a pagar el precio que quieran”, dice el responsable de la planta hidráulica de Dzhankoy Vladímir Gubski. “Nos hemos reunido con ellos seis veces, pero siempre ponen trabas. Nos hacen perder el tiempo, y tiempo precisamente no nos sobra si queremos salvar las cosechas en Crimea”.

Mientras el problema sigue sin solución, la península busca alternativas a sus grifos secos. Por supuesto, Crimea cuenta con agua bajo su suelo, pero carece de la infraestructura necesaria para distribuir el agua de pozos entre los consumidores.

Fuente: Actualidad.rt.com