El aumento de la demografía y el calentamiento global, así como la actividad industrial son solo algunos factores que han contribuido en el desvanecimiento y, en algunos casos, de hermosos paraísos naturales.

Según publica ABC estos lugares han cambiado mucho gracias a la acción del hombre.

Uno de estos paraísos casi extintos es el glaciar del Kilimanjaro, que en poco más de un siglo, ha perdido el 82 por ciento de su extensión.

“Después permanecer más de 12 mil años coronando el monte Kilimanjaro, los científicos estiman que el glaciar Furtwängler no sobrevivirá más allá del año 2020. Los principales motivos del acelerado deshielo se encuentran en la combinación del aumento de la temperatura global y la reducción de la masa forestal que rodea la montaña”, dice el artículo de ABC.

Los Saltos del Guairá también están en la lista negra. Hasta hace no demasiados años, estas cataratas situadas en la frontera de Brasil y Paraguay eran las mayores del planeta en atención a su caudal. Hoy ya no existan. A pesar de formar parte de un Parque Nacional, los Saltos del Guairá fueron dinamitados, destruidos e inundados para construir la represa de Itaipú.

Las Terrazas Rosas y Blancas, que fueron promocionadas como la octava maravilla natural del mundo, fueron destruidas por la erupción de un volcán.

Por su parte, el mar de Aral, que hasta hace tan solo medio siglo, era el cuarto mayor lago del planeta, hizo noticia porque su cuenca se secó.

El responsable inicial de la desaparición del Mar de Aral es el desvío de aguas de varios ríos para cultivos en Uzbekistán y Kazajistán, desarrollado por la Unión Soviética en 1960.

A ello se sumó el efecto de la contaminación ambiental, además de la desidia y numerosas batallas políticas tras la desintegración de la URSS, que impidieron evitar la catástrofe.

Fuente: ABC