Los continuos movimientos del crucero Costa Concordia, que naufragó el pasado 13 de enero, obligaron este viernes a interrumpir de nuevo los trabajos de rescate de los buzos, ya que las oscilaciones del buque ponen en peligro sus vidas.

El robot puede descender a profundidades de hasta 500 metros y envía a la superficie imágenes de lo que capta, con lo que ha sido utilizado para la búsqueda de desaparecidos en el mar, según explicó el responsable de prensa de los bomberos, Luca Cari.

El experto Nicola Costagli, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Florencia y encargado de seguir la evolución de la nave, explicó que el barco se desliza a un ritmo de 7 milímetros por hora.

Asimismo, señaló que la proa se desliza a mayor velocidad que la popa y que en esa zona el movimiento podría alcanzar los 15 milímetros por hora.

Según las previsiones meteorológicas, se espera una fuerte marejada en las próximas horas que hace temer sobre la estabilidad del barco, ya que las corrientes y el oleaje podrían empujar al casco hacia el fondo del mar, al encontrarse a pocos metros de un abismo de unos 60 metros de profundidad.

Fuente: EFE