En una crítica abierta al sistema de justicia de Arizona, una corte de apelaciones estatal ordenó este jueves retirar los cargos de asesinato contra una mujer que pasó 22 años en el corredor de la muerte por el asesinato de su hijo de cuatro años.

La Corte de Apelaciones de Arizona criticó duramente a los fiscales por su incapacidad de presentar evidencia durante el juicio de Debra Jean Milke contra su interrogador, un detective con un largo historial de mala conducta y mentiras.

El panel de tres jueces dijo que un nuevo juicio causaría el doble de daño, por lo que pidió que se retiraran los cargos.

La corte afirmó que los cargos contra Milke por la muerte en 1989 de su hijo Christopher no pueden ser vueltos a presentar pero los fiscales afirmaron que apelarán la resolución ante la Corte Suprema estatal.

Las autoridades dicen que Milke vistió a su pequeño y que le dijo que iba a ver a Santa a un centro comercial en diciembre de 1989. El niño fue llevado al desierto cerca de Phoenix por dos hombres y recibió un disparo en la nuca.

Las autoridades afirman que la madre no quería al niño y que tampoco quería que viviera con su padre por lo que decidió mandarlo matar.

La mujer fue encontrada culpable en 1990 y sentenciada a la pena de muerte. Pero el caso se basó en una supuesta confesión presentada ante un detective de la policía de Phoenix llamado Armando Saldate, la cual nunca fue grabada.

Milke, de 50 años, estuvo en el corredor de la muerte por dos décadas y la Corte Suprema de Arizona inclusive emitió una orden para que la mujer recibiera la inyección letal en 1997. Pero dicha orden ha estado detenida a la espera de varias apelaciones en cortes federales.