El Gobierno de Norcorea fusiló al menos a diez miembros del Partido de los Trabajadores por ver telenovelas surcoreanas.

Otros hombres acusados de “mujeriegos” y de delitos de cohecho, también fueron ejecutados en un estadio de la ciudad de Wonsan frente a 10 mil personas, según informó el diario británico The Telegraph, que hizo eco de los informes de los servicios de inteligencia de Corea del Sur.

Entre los ajusticiados por Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, se encuentran hombres cercanos a su tío y antiguo número dos del Gobierno, Jang Song-thaek, que fue detenido y fusilado en diciembre de 2013 por supuesta traición al Estado. El régimen comunista lo acusó de consumir drogas y malgastar divisas en los casinos.

La eliminación de algunos aliados de su tío Jang forma parte de la estrategia de Kim Jong-Un de deshacerse de cualquier brote de oposición interna y así reforzar su figura como líder único en dicho país.

Cabe señalar que Corea del Norte ejerce un férreo control sobre los medios de comunicación y los productos culturales e informativos extranjeros, lo que ha alentado el contrabando de filmes y producciones televisivas.

De acuerdo a The Telegraph, detractores del sistema de Pyongyang confiesan que películas y programas pirateados de canales de televisión chinos y surcoreanos se pueden conseguir con relativa facilidad en el país y son productos muy codiciados en el mercado negro.

Según The Independent, cualquier persona que sea sorprendida introduciendo este material o traficando con él puede ser sentenciada a muerte por un crimen contra el Estado. Incluso, es conocido que espectadores de programas extranjeros, han sido anteriormente condenado.