El denominado “contador de Auschwitz”, Oskar Gröning, admitió su responsabilidad “moral” en la muerte de los deportados a ese campo de exterminio y pidió perdón a sus familias en el inicio del juicio en Lüneburg (Alemania).

“Para mí está fuera de toda duda que soy moralmente cómplice”, afirmó Gröning, de 93 años y al que se acusa de complicidad en el asesinato de 300.000 personas en las cámaras de gas de Auschwitz en la llamada “operación Hungría”, en 1944.

Gröning, que sirvió en ese campo a partir de 1942, admitió asimismo que desde su llegada supo que se gaseaba a los judíos, pidió perdón a las sobrevivientes y familiares de las víctimas presentes en la audiencia y se puso a disposición de la justicia.

El proceso contra Gröning se considera uno de los últimos grandes juicios por los crímenes nazis, dada la avanzada edad de los implicados y también de las víctimas.

LEE TAMBIÉN: Adolf Hitler: Estos fueron los 10 generales nazi más sanguinarios

Gröning acudió a la Audiencia caminando con la ayuda de un andador y acompañado de sus abogados.

Entre las más de 60 acusaciones particulares presentes en el caso, hay sobrevivientes del Holocausto y también familiares de víctimas de Auschwitz, que han puestos sus últimas esperanzas en una justicia tardía.

La fiscalía sostiene que Gröning, encargado de incautarse de las pertenencias de los prisioneros que llegaban a Auschwitz y de enviar el dinero a las SS en Berlín, facilitó apoyo económico al régimen nacionalsocialista y respaldó así su maquinaria de la muerte.

La acusación se centra en el verano de 1944, cuando en el marco de la denominada “Operación Hungría” llegaron al campo de concentración y exterminio 425.000 deportados de ese país y al menos 300.000 fueron ejecutados en las cámaras de gas.

Fuente: EFE