De acuerdo al estudioso español Luis Vicente Mora, Paul Valéry describió un medio pavorosamente similar al Internet o algo incluso más allá como una especie de ubicua realidad virtual, probablemente sólo en un penetrante atisbo basado en la radio y el cine. En La conquista de la ubicuidad, (primera publicación en 1928), aparece “una descripción no sólo de la Red, sino de la misma Pangea”.
“Se trate de política, economía, maneras de vivir, diversiones o desplazamientos, observo que la modernidad tiene todas las trazas de una intoxicación. (…) Cada vez más avanzado, más grande, más rápido, y en todo caso más nuevo: tales son sus exigencias, que corresponden necesariamente a algún encallecimiento de la sensibilidad. Para sentirnos vivir necesitamos una intensidad creciente de agentes físicos, y diversión perpetua. (…) Hay que esperar que tan grandes novedades transformen toda la técnica de las artes y de ese modo actúen sobre el propio proceso de la invención, llegando quizás a modificar prodigiosamente la idea misma de arte. De entrada, indudablemente, sólo se verán afectadas la reproducción y la transmisión de las obras. Se sabrá cómo transportar y reconstituir en cualquier lugar el sistema de sensaciones (o más exactamente de estimulaciones) que proporciona en un lugar cualquiera un objeto o suceso cualquiera. Las obras adquirirán una especie de ubicuidad. Su presencia inmediata o su restitución en cualquier momento obedecerán a una llamada nuestra. Ya no estarán sólo en sí mismas, sino todas en donde haya alguien y un aparato. Ya no serán sino diversos tipos de fuente u origen, y se encontrarán íntegros sus beneficios donde se desee. Tal como el agua, el gas o la corriente eléctrica vienen de lejos a nuestras casas para atender nuestras necesidades con un esfuerzo casi nulo, así nos alimentaremos de imágenes visuales o auditivas que nazcan y se desvanezcan al menor gesto, casi un signo. (…) No sé si filósofo alguno ha soñado jamás una sociedad para la distribución de Realidad Sensible a domicilio”.
Valéry no sólo describe un medio ubicuo al cual nos podemos conectar en cualquier parte y recibir imágenes multimedia sino que también lee la motivación y la patología moderna de necesitar “una intensidad creciente de agentes físicos, y diversión perpetua”, estímulos que nos distraigan permanentemente.
Y más aún, Valéry nota que lo que se transmite son realidades sensibles, por lo cual el usuario de estos medios en ocasiones acaba en un estado de completa inmersión, reprogramación y hasta enajenación: Lo que se consume son realidades.
Fuente: Pijamasurf.com