Ahora, pide ayuda para morir en su tierra.

“Hace cuatro años que vengo pidiéndole al consulado que me dé un pasaje para irme, ya que tengo 85 años y quiero pasar mis últimos días en la tierra en la que nací. Pero encontraron todas las excusas que se puedan imaginar para no darme el pasaje. Me dicen que están haciendo todo lo posible para que me vaya, pero hace cuatro años que estoy con esto y no pasa nada”, explicó Dal Molin.

Este sábado habrá una manifestación que se promocionó en la red social Facebook para ayudar a Giovanni.

La concentración se hará frente a la Casa de los Italianos. Además, se abrió una cuenta en Abitab para conseguir los fondos que necesita para el viaje.

“Estuve de pie frente al consulado con el cartel ‘Italiano, 85 años, quiere regresar a su país’, incluso bajo la lluvia. La última vez, agarré unas colchas, las tiré al suelo y me acosté ahí. Pero llamaron a la policía, que no tienen ningún derecho de llevarme, en primer lugar porque soy extranjero y en segundo porque no le estoy haciendo mal a nadie”, contó Giovanni al diario El País.

Él pasa sus días en una humilde vivienda en el fondo de una iglesia y quiere regresar a su pueblo natal, Belluno, en la región del Véneto. “Cuando llegue me arreglaré. Puedo conseguir dos pensiones: Una social y otra por haber peleado en la guerra cuando tenía 16 años, junto con los partisanos, que era un grupo subversivo contra los nazis y los fascistas de Benito Mussolini”, dijo.

Este italiano, que ha sido deportado de México y EEUU por ingresar como ilegal, recuerda con asombrosa claridad el final de la Segunda Guerra Mundial, que lo encontró como combatiente siendo menor de edad. Después de la guerra, vivió en México, Panamá y Estados Unidos.

Fuente: Infobae