“Quiero agradecer el apoyo de la gente y de los medios de comunicación. Pero os pido que respetéis nuestra intimidad hasta que estemos preparados para hacer nuestras primeras declaraciones”, dijo entre lágrimas Beth McCartney en nombre de su hermana, Amanda Berry McCartney, que entró en el domicilio entre los aplausos de los vecinos y acompañada por su hija Jocelyn y por agentes del FBI.
En su casa colgaba una pancarta con la leyenda “Bienvenida a casa, Amanda” y entre los globos había corazones, carteles y lazos amarillos. Antes la joven había hablado con su abuela Fern Gentry, que vive en Elizabethton, Tennessee.
La abuela de Amanda no es la única que vive en Tennessee. Su padre John Berry se mudó al estado después de la muerte de su esposa Louwana y expresaba su alegría al saber que su hija estaba bien.
“Nunca pensé que estuviera muerta. Uno tiene que mantener la esperanza y no abandonar jamás”, decía John, que se recupera estos días de una operación de espalda y aún no ha podido abrazar a su hija.
Fuente: El Mundo