Las labores de búsqueda y rescate en el barco que se hundió el lunes por la noche en el río Yangtsé de China con 456 pasajeros a bordo continúan, pero cada vez con menos esperanzas.

Desde el jueves, unos 200 buzos se han sumergido en la embarcación, hundida a quince metros de profundidad, intentando localizar cadáveres y supervivientes atrapados en el casco que se hayan salvado en bolsas de oxígeno.

De ese modo evitaron una muerte segura de una mujer de 65 años y un chico de 21 años, dos de los 14 rescatados con vida, pero aún quedan más de 430 pasajeros desaparecidos porque solo se han encontrado 18 cadáveres.

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Inicialmente, el Centro Meteorológico de China ha atribuido el naufragio a un tornado que hundió el buque en apenas un par de minutos, pero la Policía ha detenido al capitán y al jefe de máquinas para aclarar el caso. Dirigiendo personalmente la operación, el primer ministro chino, Li Keqiang, ha asegurado que la investigación será transparente para calmar a los familiares de los pasajeros, que ya han protestado por la falta de información.

Este hundimiento es el más grave que sacude a China desde 1948, cuando una explosión en el barco de vapor ‘Kiangya’ mató a 1.000 personas en el río Huangpu, y el peor en el continente asiático en poco más de doce meses. En abril del año pasado, el naufragio del barco ‘Sewol’ en Corea del Sur se cobró la vida de 304 de sus 476 pasajeros.

Fuente: ABC