Pero sólo se remecieron unos 120 kilómetros, entre Iquique y Cuya, Región de Tarapacá, liberando menos energía de la esperada y generando un tsunami menor.

Gabriel González, doctor en geotectónica y académico de la U. Católica del Norte, dice que el terremoto desacopló el área, dividiéndola en tres.

“Se rompió la parte central, que equivale a un tercio del área total de la laguna sísmica. Esto rompió 100 a 120 km. que van desde Iquique hasta la quebrada de Camarones”, dice. La zona que aún no ha liberado la energía comprende dos segmentos: uno al sur, de 292 km de largo, y otro al norte, de 150.

No hay cómo predecir lo que sucederá en el futuro. Los científicos apuntan a varios escenarios. “Puede venir un terremoto mayor, justamente donde permanece la laguna, o varios similares a este, y si tenemos suerte, quizás no pase nada. Pero nadie puede asegurar qué es lo que va a pasar”, agregó.

Gavin Hayes, investigador del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS), dice que, de acuerdo con la literatura sismológica, mucha de la subducción de la zona norte está completamente acoplada, es decir, la tensión puede ser liberada de una vez en grandes terremotos.

“El último evento alivia algo de la tensión acumulada, pero no toda. Aún hay potencial para un gran terremoto hacia el sur (de la laguna sísmica), entre el último acontecimiento del 1 de abril y el área de ruptura del terremoto de Antofagasta en 1995”, refirió.

Lo mismo asegura Mark Simons, del Laboratorio Sismológico de Caltech (EE.UU.), quien agrega que no es posible saber si en el futuro se producirá un enjambre de terremotos de magnitud 8 o uno superior a 8,5.

“Tampoco sabemos si eso ocurrirá mañana o en 50 años. No es una predicción. Sabemos que se está acumulando energía, que está atascada y que está juntando el potencial para un terremoto más grande. El terremoto de ayer (martes) no gastó toda la energía que proviene de la falla sísmica”.

Fuente: La Tercera de Chile