Este jueves se conmemoran 30 años de uno de los peores accidentes espaciales de la historia. Se trata de la explosión del una nave de la que pretendía llegar al espacio con seis astronautas y una civil.

El 28 de enero de 1986, a las 11:38 hora local de Florida, el transbordador Challenger explotó en el aire 73 segundos después de su despegue en la base de Cabo Cañaveral. se paralizó pues toda la nación estaba viendo el despegue en directo debido a la presencia de una profesora como pasajera.

La misión STS-51L formaba parte del 25° programa del transbordador espacial, iniciado en 1981 con el objetivo de disponer de un vehículo reutilizable que permitiera reducir los costes del acceso al espacio.

De las tres partes que formaban el sistema, dos de ellas (el orbitador y los motores de propulsión sólida) se reutilizaban para siguientes misiones, mientras la tercera (el tanque externo de combustible) se construía nuevo para cada una.

Esta iba a ser segunda misión de 1986, la primera la realizó STS-61C el 12 de enero, dos semanas antes del lanzamiento del Challenger, y la primera de ese orbitador en ese año.

Los astronautas que viajaban en el Challenger iban a colocar en órbita un satélite de comunicaciones y llevar a cabo otras tareas científicas sobre dinámica de fluidos.

¿QUÉ OCURRIÓ CON EL CHALLENGUER?

Según datos oficiales, el frío de aquel 28 de enero (1°C bajo cero) había hecho que los ingenieros que construían los motores de propulsión sólida (SRB) situados a ambos lados del orbitador, se mostraran sumamente preocupados.

“Era un frío demasiado extremo para los anillos en forma de O que sellaban las diferentes etapas de los SRB. Los ingenieros no podían garantizar su elasticidad ni su resistencia a los rigores de presión y temperatura del lanzamiento ante esas condiciones climatológicas, pero la presión por no retrasar más la misión acabó imponiéndose y la NASA aprobó el lanzamiento del Challenger”, indicó el portal especializado en tecnología Xataka.

Toda la tripulación, Francis “Dick” Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe, falleció a causa del siniestro.

LA NASA LE DICE ADIÓS A LOS CIVILES

El programa Teacher Space, mediante el cual fue elegida una profesora como séptima pasajera del Challenger, terminó con este accidente. Todo el apoyo que consiguió la NASA para involucrar a civiles en los vuelos espacies terminó.

Los transbordadores de la NASA dejaron de volar en julio de 2011, y lo único que queda de ellos son ahora piezas de museo. La agencia estadounidense depende desde entonces de las naves rusas Soyuz para trasladar a sus astronautas.