El glóbulo cometario CG4 brilla de una forma sorprendente en una nueva fotografía tomada por el Observatorio Europeo Austral. El objeto ahora se le conoce como “la mano de Dios”.
Se encuentra a unos 1.300 años luz de la Tierra, en la constelación de Puppis. Su parte visible, que corresponde a la cabeza del glóbulo, tiene un diámetro de 1,5 años luz y su cola, que no se aprecia, tiene ocho años luz de largo. Se trata de una nube pequeña para estándares astronómicos, algo característico de los glóbulos cometarios.
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Aunque en la fotografía parece grande y brillante, en realidad se trata de una nebulosa débil, lo cual dificulta su localización por parte de los astrónomos aficionados.
Gracias a la iluminación por la luz de las estrellas cercanas, se puede observar que la parte superior está formada por una espesa nube de gas y polvo, explicó un artículo del diario colombiano El Tiempo.
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La forma diferente que tienen los glóbulos cometarios sigue siendo un tema de debate entre los astrónomos. Unos defienden que estos pudieron ser originalmente nebulosas esféricas cuya formación fue interrumpida, adquiriendo su nueva e inusual forma debido a los efectos de la explosión de una supernova cercana. Otros, que los glóbulos cometarios adquieren esa forma debido a los vientos estelares y a la radiación ionizante proveniente de las estrellas calientes masivas de tipo OB.
Fuente: Infobae