Un jurado de Kingston, Canadá, declaró culpables a un hombre afgano, su segunda esposa y su hijo varón, por matar a tres de sus hijas y a la primera mujer del padre de familia, en lo que el juez describió como “asesinatos sangrientos y vergonzosos” motivados por un “retorcido concepto del honor”, por lo que fueron condenados a cadena perpetua.

El jurado debatió 15 horas antes de declarar culpables de cuatro asesinatos premeditados a Mohammad Shafia (58); su esposa Tuba Yahya (42); y su hijo, Hamed (21), en un caso que horrorizó a los canadienses.

Los cadáveres de las cuatros víctimas fueron hallados el 30 de junio del 2009 en un auto sumergido en un canal en Kingston, Ontario, donde la familia se había detenido para pasar la noche cuando regreso a Montreal desde Niagara Falls.

Los fiscales indicaron que los acusados mataron a las tres hermanas porque éstas deshonraron a la familia al desafiar la disciplina y sus costumbres, como vestuario y socializar. La primera esposa de Shafia estaba viviendo con él y su esposa. La relación polígama, si era conocida por las autoridades, podría haberles causado la deportación.

De las hijas, el padre decidió asesinarlas porque una tenía novio, mientras que otra fue regresada de la escuela por vestir ropa muy reveladora. Mientras que la más chica prefería la cultura occidental. Respecto a la primera esposa de Shafia, fue asesinada por no poder tener hijos.

La fiscalía dijo que era un caso de asesinatos premeditados, escenificados para que parecieran un accidente en auto. Como evidencia obtuvieron grabaciones telefónicas en las que el padre dice que sus hijas “nos traicionaron inmensamente”, y otra en la que la madre profiere insultos sobre sus hijas muertas, llamándolas traicioneras y prostitutas, e invocando al diablo para que defecara en sus tumbas.

Fuente: Corónicadehoy.mx