Un grupo de manifestantes atacó con piedras y bombas molotov la sede de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, en medio de una serie de protestas a nivel nacional en rechazo al incremento del costo de los pasajes de transporte público y los gastos que demanda la organización de la Copa de las Confederaciones de fútbol.

El grupo agresor se desprendió de la marcha principal y tras llegar al Palacio Tiradentes, sede del Parlamento estatal, chocó con policías que habían montado un cerco para evitar el ingreso al lugar.

Las marchas comenzaron la semana pasada en San Pablo e inicialmente eran contra el reajuste de los pasajes del transporte público, pero se fueron extendiendo por todo el país, así como los motivos de las protestas.

Los ya llamados “indignados” brasileños exigen principalmente mejores servicios públicos y* mayores inversiones en educación, salud y saneamiento*, así como combate a la corrupción y al despilfarro de recursos públicos, y critican los elevados gastos hechos por el Gobierno para organizar eventos deportivos como la Copa de las Confederaciones y el Mundial de fútbol del próximo año.

La mayoría de los manifestantes defienden las marchas pacíficas y sin provocaciones, para evitar batallas campales con decenas de heridos y detenidos como las que se registraron el pasado jueves en Sao Paulo y el sábado en Brasilia.