Es un día cualquiera para la peculiar familia de Ary Borges, formada por sus tres hijas, una nieta pequeña y nueve tigres de 320 kilogramos, dos leones, un mono y un perro chihuahua llamado Little. Viven en Maringá, estado de Paraná.

Pero la familia Borges está trenzada en una batalla legal por no perder los tigres y funcionarios federales intentan quitárselos. Aunque Borges tiene licencia para criar a los animales.

Borges dice que todo comenzó en 2005, cuando rescató a dos tigres víctimas de abuso en un circo itinerante. El hombre defiende su derecho a criar a los animales y dice que les ha dado una mejor vida que en cualquier otra parte de Brasil.

Ibama, la entidad de protección ambiental de Brasil, ha solicitado a los tribunales que ordenen a Borges que someta a los tigres a una vasectomía para que no puedan reproducirse, confiscarle la licencia de cuidador y confiscarle los felinos, Borges apeló y el asunto está ahora en manos de un tribunal federal.

La familia recuerda que dentro de un terreno con una verja alta donde duermen los tigres, Borges jugaba con ellos, dándoles fuertes palmadas en los costados y sonriendo cuando los felinos rugían. Hasta hoy los animales no han atacado a nadie ni se han escapado.

Fuente: Dailymail.co.uk