Las denuncias de corrupción en Petrobras y las acusaciones mutuas de “juego sucio” en la campaña fueron este viernes la marca del último debate televisivo previo a los comicios presidenciales del domingo 26, entre la actual mandataria, Dilma Rousseff, y el senador opositor Aécio Neves, difundido por la TV Globo.

Neves, quien según las últimas encuestas llega al final de la campaña en desventaja de entre seis y ocho puntos porcentuales frente a la mandataria, abrió el debate indagando a su rival sobre un reportaje que aseguró que Rousseff y su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva, estaban enterados de la corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

Según denunció a la Justicia el ex director de la empresa, Paulo Roberto Costa, un tres por ciento del monto de todos los contratos firmados entre 2004 y 2012 era desviado para financiar a agrupaciones políticas oficialistas, entre ellas el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.

“Veja”, una publicación de oposición al actual gobierno, aseguró en su reportaje que otro participante de la red de corrupción, el cambista Alberto Yousseff, afirmó ante la Justicia que Rousseff y Lula estaban enterados de las irregularidades, pese a que no reveló pruebas de sus afirmaciones.

Rousseff sostuvo que la información de la revista es falsa, e insinuó que “Veja” está “a servicio” de la candidatura de Neves.

Por su parte, Rousseff prometió mantener los programas sociales de su gobierno, construir tres millones de viviendas con crédito subsidiado en el marco del proyecto “Mi Casa, Mi Vida” y poner en marcha un duro combate a la inflación, que amenaza con superar el 6,5 por ciento anual, el techo de la meta fijada por el gobierno.