La presidente brasileña, Dilma Rousseff, visitó el gimnasio de Santa María, donde se reunió con familiares de los 232 fallecidos en la discoteca Kiss (cifra no oficial), en Río Grande do Sul .

Con lágrimas en los ojos, saludó a los familiares y les ofreció su pésame. Antes de ir al gimnasio, pasó por el Hospital de la Caridad, donde cientos de heridos fueron atendidos.

Rousseff estuvo acompañada por el alcalde de Santa María, Cesar Schimer, los ministros de Educación y de Derechos Humanos, Aloizio Mercadante y María del Rosario; y el presidente de la Cámara de Diputados, Marco Maia.

El legislador fue el único que habló con la prensa. “Es el tipo de tragedia que nadie imagina que podría suceder. Nuestra preocupación ahora es conocer a las familias, y luego ver otras cosas como la determinación de las causas y los responsables”, dijo.

Fuente: Infobae.com