Tras un año de interminable espera los cariocas de volvieron a tomar las gradas del mítico Sambódromo, el auténtico corazón que late en lo más profundo de una ciudad que parece vivir por y para el Carnaval de Río de Janeiro.

Como no podía ser de otra manera, esta edición del Carnaval de Río de Janeiro tenía que estar marcada por la próxima celebración de los Juegos Olímpicos, que tendrán lugar en la ‘Ciudad Maravillosa’ el próximo mes de agosto.

Con esta idea en mente, las doce escuelas de samba que forman el grupo especial que desfiló en el sambódromo, decidieron abrir la primera noche de desfiles con una carroza coronada con la antorcha olímpica y escoltada por jóvenes abanderadas de cada una de las escuelas.

Decenas de miles de brasileños y turistas abarrotaron las gradas de la Avenida Marquês de Sapucaí, nombre oficial de este auténtico templo de la samba, para ver el espectáculo inolvidable preparado por las seis escuelas de samba que participaron en la primera noche de fiesta en el Carnaval de Río de Janeiro.

La primera escuela que hizo su aparición por esta pasarela de 700 metros que es el sambódromo de Río fue la de Viradouro, procedente del vecino municipio de Niteroi, que abrió con un marcado ritmo en referencia a las raíces africanas de Brasil y de sus tradiciones.

Le siguieron a esta escuela la de União da Ilha, que abordó con ritmo la próxima celebración de los Juegos Olímpicos de Río; la Beija-Flor, vigente campeona del Carnaval; la de Grande Río, que rindió homenaje a la paulista ciudad de Santos, cuna de grandes futbolistas, como Pelé y Neymar.

Cerraron la noche las escuelas de samba de Mocidade, que presentó un desfile quijotesco con el caballero de la triste figura como gran protagonista; y la de Unidos Da Tijuca, que destacó la importancia de nuestra madre Tierra.

Fuente: EFE