El exencargado de negocios de Brasil en Bolivia, Eduardo Saboia, sostuvo, en una entrevista con el periódico Folha, que escuchó “la voz de Dios” y que, por eso, ayudó al opositor boliviano Roger Pinto Molina a escapar el fin de semana pasado de la embajada brasileña en La Paz hacia Brasilia.

“No me arrepiento y acepto las consecuencias. Oí la voz de Dios. Estoy protegido por la Constitución y por los tratados internacionales firmados por Brasil. Hice una opción en favor de un perseguido político”, destacó.

Pinto huyó de la ciudad boliviana después de permanecer por 15 meses dentro de la dependencia diplomática de Brasil. El gobierno de Evo Morales no había dado el salvoconducto al senador y el de Dilma Rousseff tampoco había aceptado su traslado, si bien el político estaba asilado en la embajada.

La situación generó una grave crisis entre los dos países, y uno de los primeros en verse afectados fue el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, a quien Rousseff le pidió la renuncia este lunes. En tanto, Saboia también fue apartado de su cargo.

En la entrevista con Folha, Saboia sostuvo que tiene argumentos para defenderse e insistió en que las negociaciones con las autoridades bolivianas para lograr un salvoconducto para la salida de Pinto de la embajada no eran tomadas en serio.

A su vez, precisó que Pinto estaba en una sala de 20 metros cuadrados y aislado del mundo, que estaba deprimido y hasta pensaba en el suicidio.

Por otro lado, Saboia contó cómo fue el viaje que llevó a Pinto fuera de Bolivia. Según dijo a Folha, el senador vomitó de los nervios y todos los acompañantes comenzaron a rezar cuando al coche se le empezó a acabar el combustible.

Fuente: Infobae.com