Leni Riefenstahl era una joven actriz y directora que nació el 22 de agosto de 1903. Pasó a la historia como la “directora de Hitler”, aunque no se sabía con claridad si eran amantes, cómplices o algo más. Sin embargo, una biografía revela detalles importantes.

“La luz azul”, película que Riefenstahl había producido y dirigido, tuvo como espectador a , quien quedó tan impresionado que quiso conocer a la bella mujer.

Ella tenía 30 años y él ya era jefe del cada vez más poderoso partido nacionalsocialista. Sería nombrado dos años después Canciller de Alemania. “Cuando tomemos el poder, usted realizará mis películas”, le prometió el Führer a la joven.

La biografía de Jérôme Bimbenet, “Leni Riefenstahl. La directora de Hitler”, cuenta un episodio revelador: durante una tarde de primavera de 1932, Riefenstahl y Hitler paseaban por la playa cerca de Horumersiel, con vista sobre el mar Báltico.

“Después de un largo silencio se detuvo, me observó durante un largo rato, puso sus brazos alrededor de mi cuerpo y me condujo hacía él. Me miraba fijo con intensidad. Al darse cuenta de que yo estaba a la defensiva, me dejó inmediatamente y se apartó. Entonces lo vi alzar las manos al cielo y gritar solemnemente: ‘¡No tendré el derecho de amar a una mujer hasta que no cumpla con mi obra!’”, se lee.

La biografía señala que Hitler no fue el único líder del Tercer Reich que cedió al encanto de Riefenstahl. El ministro para la Ilustración Pública y Propaganda, Jospeh Goebbles, la acosó durante un largo tiempo. Al final, la bella directora nunca cedió.

Riefenstahl filmó las multitudinarias marchas del partido nacionalsocialista, que se convirtieron en las películas de propaganda “La victoria de la fe” y “El triunfo de la Voluntad”. Luego llegó su éxito “Olympia”, la película sobre las olimpiadas en Berlín de 1936.

Durante la guerra su actividad cinematográfica no se detuvo hasta que, con las primeras derrotas, dejó Berlín.

En el libro se cuenta que cuando recibió la noticia de la muerte de Hitler, lloró durante toda la noche. Detenida por los aliados, acusada de ser la amante de dictador, Riefenstahl cayó en depresión y hasta pensó en el suicidio. Después de la guerra, trabajar en Europa se le hizo imposible, por lo que decidió refugiarse en África. Retrató en reportajes importantes la tribu de los Nuba.

Murió en 2003, a los 101 años, tras haberse casado con Horst Kettner, 40 años más joven que ella. Su última película fue “Maravillas bajo el agua”, de acuerdo a Infobae.

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