Los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Barack Obama, aspirante a la reelección por el Partido Demócrata, y Mitt Romney, representante del Partido Republicano, participan en el primero de los tres debates que se celebrarán antes de los comicios del 6 de noviembre.

El primer cara a cara entre Obama y Romney ha arrancado en la Universidad de Denver y está moderado por el veterano periodista y presentador de la cadena de televisión pública PBS, Jim Lehrer, que ya ha intervenido en otros 11 debates.

La crisis económica, el empleo en EE.UU. y la situación internacional, centrada en la inestabilidad en Medio Oriente, están entre los temas centrales de la discusión de esta noche.

Durante los primeros minutos, Romney mostró una postura más energética y vehemente al defender sus proposiciones en materia impositiva, en el presupuesto y la reactivación del empleo, sus puntos fuertes.

En tanto, Obama se mantenía extremadamente serio y calmo, y mantenía la cabeza baja durante largos segundos, mientras su contrincante lo criticaba.

Romney aseguró que si Obama sigue en la Casa Blanca continuará el «paro crónico», frente a los 12 millones de puestos de trabajo que promete crear él, y no habrá una recuperación del papel de EE.UU. en el mundo.

«Si el presidente es elegido, verán un recorte dramático de nuestro Ejército. El secretario de Defensa ha dicho que sería devastador. Yo no recortaré nuestro compromiso con el Ejército. Mantendré América fuerte y haré que la clase media americana trabaje de nuevo».

Obama criticó la falta de detalles sobre el plan impositivo de su rival, y de cómo reemplazará el «Obamacare» que asegura que rechazará si es elegido presidente, asuntos sobre los que Romney es vago.

También cuestionó el plan de este para la privatización voluntaria de la prestación sanitaria de los pensionistas. Pero en ningún momento tomó la iniciativa en plantear nuevos flancos de ataque.