Un equipo de investigadores ha descubierto una medusa gigante y extremadamente venenosa en la costa noroeste de Australia. El hallazgo ha dejado perplejos a los científicos por el hecho de que la medusa en cuestión parece no tener tentáculos.
Pertenece a la familia de las medusas Irukandji, también muy venenosas, y se le ha dado a conocer con el nombre de Keesingia gigas. Es una de las dos nuevas especies de esta familia que ha descubierto el equipo de investigadores australianos dirigidos por Lisa Gershwin, según informa The Guardian.
Mientras que las medusas de la familia Irukandji tienen el tamaño de una uña, la nueva especie mide como un brazo. Eso sí, mantiene el veneno mortal de su pariente.
Si uno de estos seres pica a un ser humano, este sufrirá fuertes dolores, náuseas vómitos y, en casos extremos, fallo cardíaco.
Aunque la Keesingia gigas fue fotografiada por primera vez en 1980, no ha sido hasta el pasado 2013 cuando se pudo capturar. Fue en la costa australiana por el científico marino John Keesing, que le puso nombre al descubrimiento.
Fuente: abc.es