Un grupo de astrónomos europeos, utilizando el telescopio gigante VLT del observatorio ESO y el telescopio espacial Huble de las agencias NASA han logrado determinar el proceso por el que las llamadas galaxias “muertas” dejaron de formar estrellas hace miles de millones de años.

Los datos de los telescopios, según un comunicado difundido este jueves por el European Southern Observatory (ESO), revelaron que 3.000 millones de años después del “bing bang”, que dio origen a nuestro universo, esas galaxias todavía formaban estrellas en sus zonas exteriores, pero no en su núcleo.

Ese dato le permite a los científicos concluir que las galaxias gigantes mueren de dentro hacia afuera, resolviendo así lo que llaman uno de los grandes misterios de la astrofísica.

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Ese misterio ha girado en torno a la pregunta de cómo esas galaxias esferoides, que tienen una masa diez veces mayor que la de la Vía Láctea, frenaron su alto ritmo de producción de estrellas hasta desconectarlo.

“Los astrónomos se refieren a esas galaxias como rojas y muertas ya que exhiben una amplia abundancia de antiguas estrellas rojas pero muestran la ausencia de jóvenes estrellas azules y no presentan evidencia de formación de nuevas estrellas”, según el comunicado.

Sandro Tachela, del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich (Suiza), dijo que esas galaxias contienen “aproximadamente la mitad de las estrellas que el universo ha producido durante toda su vida”.

Fuente: EFE

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