Hace 150 años —el 30 de marzo de 1867— el emperador Alejandro II tomó una decisión que, hasta el día de hoy, sigue generando gran controversia en la sociedad rusa: vendió Alaska y sus islas a . A continuación una galería de imágenes de archivo y de litografías de la histórica región de la América rusa.

La venta y transferencia se concretaron entre el 30 de marzo de 1867 y el 27 de julio de 1868, las fechas estipuladas por ambas administraciones para hacer el traspaso formal de esa porción invaluable de tierra, clave para las investigaciones científicas en el Ártico, por sus riquezas naturales y por su posición geopolítica.

Los rusos comenzaron a colonizar Alaska en 1784, levantando iglesias y prometiendo trabajo a quienes llegaran. Pero casi un siglo después, cuando Gran Bretaña ganó la guerra de Crimea, el zar Alejandro II decidió iniciar un acuerdo antes de que los británicos se anexaran el territorio. Era 1860 y creyó que podría mantener relaciones más cercanas con los “Estados Unidos”:

https://peru.com/mundo-latino/inmigracion/eeuu-7-pasos-conseguir-visa-turista-noticia-357855 e irritar a sus otros enemigos.

El gobierno de Estados Unidos estuvo de acuerdo con la transacción y creyó que con eso podría evitar que el Reino Unido intentara alguna maniobra para quedarse con una porción de la costa oeste de su país.

Además, creían que Alaska podría ser un puente para las relaciones con China, aún un misterio para la mayoría del mundo.

Fue allí que se decidió quiénes serían los negociadores: William H. Seward, secretario de Estado norteamericano por un lado y Eduard de Stoeckl, ministro ruso para los Estados Unidos, por el otro. El precio acordado por Alaska: 7.200.000 dólares de aquella época, unos 125 millones de dólares en la actualidad.