Un nuevo sondeo realizado por el portal AshleyMadison.com arrojó que el 69% de los hombres encuestados consideran que la infidelidad no es un pecado. Mientras que por el lado de las mujeres, el 57% tampoco piensa que engañar a la pareja sea un acto impío.

“Quisimos ver la relación que existe entre las religiones y los infieles y los resultados fueron sorprendentes, ya que a nivel mundial los cristianos engañarían más que los ateos”, indicó Francisco Goic, country manager de la web.

Globalmente, un 17.9% de los machos y un 13.1% de las féminas confesó haber hecho un trío, siendo los italianos, brasileños y griegos quienes llevan la delantera en este tipo de práctica sexual.

Es más, los tríos amorosos parecen ser comunes en los países de América Latina, que es altamente católica, en comparación con Estados Unidos, Reino Unido y Australia.

“Estos índices, además, se ven reforzados por los resultados del último censo en Estados Unidos que mostró que los cristianos tenían una tasa de divorcio más alta que los ateos”, señaló Eric Anderson, de AshleyMadison.com.

En Perú, la infidelidad tampoco distingue religiones, pero cuando se trata de tener un amante los encuestados encuentran a alguien de su mismo credo; en el caso de los hombres solo el 7% conoció a alguien de otra religión y en el caso de las mujeres, solo el 13%.

A la hora de confesar este pecado, el 27% de los peruanos preferiría contárselo a un amigo, y el 31% de las peruanas elegiría a una amiga. Muy por debajo quedó la opción de revelárselo a un compañero de trabajo (hombres 22% y mujeres 18%) o a una autoridad religiosa, y de ser así, solo el 18% de las mujeres lo haría en secreto de confesión y un 12% de los hombres se liberaría de esta “culpa” con un sacerdote.

“Muchos creen que los infieles se desahogan con sus terapeutas, psicólogos o psiquiatras, pero sorprende que solo un 4% de los hombres y un 3% de las mujeres escogerían a estos profesionales de la salud. En cambio, un 17% de ellos y un 21% de ellas preferirían contarle de su affaire a algún familiar, específicamente a un hermano o hermana”, agrega Goic.