Gina DeJesus y Amanda Berry, que acaban de publicar en Estados Unidos un libro de memorias sobre su cautiverio “Hope: A Memoir of Survival in Cleveland” (“Esperanza: Una memoria de supervivencia en Cleveland”), hablaron con la BBC para el programa “Newsnight”, en la primera entrevista concedida a un medio británico.

“Cuanto más llorábamos y le mostrábamos nuestro dolor y nuestra tristeza, era como si eso le diera más energía, así que tuvimos que aprender a no llorar, no mostrarle tu dolor, no mostrarle tu rabia”, contó Berry, mientras DeJesus asentía.

Amanda Berry desapareció cuando tenía 16 años en 2003. A Gina DeJesus se la tragó la tierra con apenas 14 años en 2004. La primera secuestrada, Michelle Knight, la tercera víctima, tenía 20 años cuando no se le vio más en 2002.

TAMBIÉN PUEDES LEER: Ariel Castro no murió por un juego erótico. ¿Cuál fue la real causa de su deceso?

Se temía que estuvieran muertas pero, en realidad, habían permanecido cautivas no muy lejos de donde fueron vistas por última vez. Ariel Castro, un conductor de autobús escolar, las encerró en su casa situada en una tranquila zona residencial en Cleveland (Ohio), sin levantar sospechas.

Durante más de una década mantuvo a las jóvenes recluidas, encadenadas la mayor parte del tiempo, y sometidas a continuas violaciones y abusos, sin permitirles salir de la casa.

Amanda Berry contó a la BBC que tenía un código de “X” para contabilizar las veces que Castro abusó de ella. En ocasiones cinco veces el mismo día. A DeJesus, Castro le contó que había visto a su madre repartiendo hojas informativas sobre su desaparición. Junto a ellas, también fue liberada Jocelyn, de 6 años, la hija que tuvo Berry tuvo con su secuestrador.

TE PUEDE INTERESAR: EE.UU: Demuelen ‘casa del horror’ de Ariel Castro donde tenía a 3 mujeres

Durante su cautiverio, Berry quedó embarazada, pero su captor no mostró piedad ni durante el parto. “Comencé a tener dolores de parto durante todo el día pero no sabía qué era. Tuve que ir al baño y escuché que algo se rompió pero no sabía qué era”, contó.

Entonces, continuó: “Él dijo: ‘Creo que has roto aguas’, así que me llevó arriba a mi pieza y me trajo una piscina infantil (de plástico) y tuve que estar ahí hasta que di a luz porque no quería que ensuciara la cama”. En esos años, Berry trató que la niña tuviera una vida lo mejor posible y creó una escuela imaginaria en su habitación.

“Hacíamos que caminábamos a la escuela, traté de hacerlo lo más real posible para ella; finalmente llegábamos a la escuela, la dejaba y le decía ‘Ok. Te quiero, que tengas un buen día’ y entonces me convertí en profesora”, bromea.

LEE MÁS AQUÍ: EE.UU: Ariel Castro, el secuestrador de Cleveland, sentenciado a cadena perpetua

En 2013, una década después, aprovechando que Castro salió de casa y las mujeres se quedaron solas, Berry se dirigió a una de las puertas de la casa para intentar salir. “Intenté abrir la puerta, esa puerta verde, y estaba el candado pero había un hueco justo por el que me cabía el brazo y empecé a agitarlo como loca gritando: ‘¡que alguien me ayude por favor!’”, recuerda.

Charles Ramsey, un vecino de la zona, la vio y le ayudó a tirar la puerta abajo. Cuando Berry salió le pidió que llamara a la policía. “Me secuestraron, he estado desaparecida por diez años y estoy aquí”, se oye a Berry en la grabación de la llamada al 911.

Ariel Castro fue sentenciado en agosto de 2013 a permanecer en prisión de por vida, sin posibilidad de salir en libertad condicional. El exconductor de autobús de origen puertorriqueño se ahorcó un mes más tarde en su celda. Su casa fue posteriormente demolida.

Fuente: BBC