Gladys Cabrera es la propietaria de la vivienda donde permaneció cautiva Candela del Sol Rodríguez, la niña de 11 años que fue hallada muerta el miércoles pasado, en un vertedero de la localidad de Hurlingham, Argentina.

La casa, ubicada en una oscura callejuela de Villa Tesei, está ubicada a cinco cuadras de donde fue encontrado el cuerpo de la menor, en una bolsa de residuos.

En el último allanamiento que se llevó a cabo, los agentes descubrieron en una nevera restos de comida como los que fueron hallados en el tracto intestinal de la menor.

“Estamos ante una pista firme. No hay duda de que los secuestradores utilizaron esta casa como escondite. Hay huellas por todas partes”, dijo Eusebio Allende, uno de los agentes que participan en la investigación.

Las escamas de jabón que había en el cadáver indican que Candela se aseaba o bien que los secuestradores lavaron su cuerpo después de matarla. La autopsia también reveló que sus verdugos emplearon una almohada para asfixiarla.

El pasado lunes también fue detenido Ramón Altamirano, la persona que habría sido la encargada de llevarle comida a la niña y un carpintero que, fingiendo que pintaba los muros, habría alertado a los secuestradores en caso de estar cerca la Policía.

Estas detenciones junto con la de un individuo que fletaba vehículos para mudanzas, permitieron dar con la camioneta blanca de tipo ‘Traffic’, que pudo ser utilizada para deshacerse del cuerpo de la niña. Los investigadores no han dado información acerca del quinto detenido, al parecer una pieza clave para la resolución del crimen, informó El Mundo.es.