Un iceberg del tamaño de Singapur se ha desviado mucho desde su punto de origen y podría interferir en las rutas de navegación en la Antártida, siendo un gran peligro para los barcos durante la oscuridad del invierno, advierten los científicos.

El iceberg, cuyo nombre científico es B31, cubre en la actualidad unos 660 kilómetros cuadrados, según un informe del Observatorio de la Tierra de la NASA, agregando que un témpano de hielo de tal envergadura no se derrite en un corto plazo.

La grieta que se produjo antes de su desprendimiento fue descubierta por primera vez en 2011, en el glaciar de Pine Island, en la Antártida, pero no se formó hasta noviembre del año pasado. Desde entonces, B31 se ha desviado hacia el lado occidental del continente antártico.

“El iceberg está ahora muy por fuera de la bahía de Pine Island y pronto se unirá a la corriente en el Océano Antártico”, indicó el investigador Grant Bigg citado por la NASA en el comunicado.

Precisamente en este océano es donde comienzan los problemas para el seguimiento de este gran pedazo de hielo flotante. La oscuridad cubre este cuello del globo durante el invierno antártico y el iceberg no podrá ser visto ni con la ayuda de imágenes satelitales.